El Significado de La Virgen de Guadalupe
La imagen de la Virgen de Guadalupe no corresponde al estilo de pintura europea del siglo XVI, en cambio tiene numerosos elementos que la presentan como un verdadero códice azteca de su época, esto lo comprendió claramente el pueblo mexicano.
La escritura azteca no representaba sonido sino ideas; su lenguaje escrito era por medio de figuras, cómo aún podemos verlo en los códices de nuestros museos. Podemos decir que María vino a ser en su imagen un “catecismo especial”, ya que el pueblo aun no sabia leer el idioma castellano, pero sus ojos y su mentalidad indígena encontraron los siguientes elementos:
A. El cosmo:
La religiosidad indígena estaba muy relacionada con el cosmos y en la imagen la Virgen esta totalmente rodeada por 139 rayos del sol, esta parada sobre la luna, numerosas estrellas se encuentran en su manto y todo enmarcado por nubes.
Esta imagen debió impresionarlos vivamente, pues el pueblo azteca se consideraba el “Pueblo del Sol” y el astro era su gran divinidad, fuente de la vida. Pero esta joven también es de la tierra, como lo indican el color de su vestido, las plantas y flores del cerro, así como los ríos representados en él.
B. Los colores:
Los colores básicos de la cultura azteca eran cuatro: verde jade, rosa mexicano, blanco y negro. Estos colores aparecen en los códices indígenas; pero también en la pirámide del Sol en Teotihuacán, cómo podemos apreciarlo en la réplica que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México.
Estos cuatro colores se encuentran en la imagen: verde en el manto, rosa en el vestido, blanco en la ropa de puños y cuello, negro en la luna y el ceñidor de la cintura. La presencia de estos cuatro colores juntos manifiesta la plenitud, perfección, unidad y armonía de la persona representada.
Sorprende que en un cuadro de pequeñas proporciones se hayan utilizado cuatro técnicas de pintura:
Óleo en cabeza y manos.
Temple en la túnica, ángel y nubes.
Aguazo en el manto.
Dorado en los rayos del sol, perfil del manto y adornos del vestido.
C. El rostro:
Llama la atención que el rostro de María no es ni de una indígena azteca ni de una española, sino de una mestiza serena y afectuosa que anuncia la aparición de una nueva raza formada por la integración de mexicanos y españoles. Según los antropólogos son necesarias varias generaciones para llegar el mestizaje, de modo que realmente el rostro de María es una invitación a formar un hombre diferente, a constituir un pueblo nuevo, a integrar lo mejor de las dos culturas.
D. Las manos:
La hermosa Señora tiene las manos juntas en actitud de oración. Es curioso que la mano izquierda luzca mas oscura y la mano derecha mas blanca, siendo así que la luminosidad del vestido es mayor del lado izquierdo; se diría que ha querido presentarse con una mano indígena y otra española.
En las mangas del vestido tiene adornos de armiño, señales de nobleza; en los puños lleva ropa de algodón blanco que termina con unas pulseras diferentes, en una mano redondeadas y en la otra en forma de cuadro.
E. Las flores:
La Virgen María tiene su túnica bordada de flores que no son simples elementos de adorno; para los indígenas son representaciones de la tierra, las plantas, el campo, los ríos, así como símbolos de la virginidad, el espíritu y la vida.
Las flores en forma de corazón invertido representan a la persona humana y significan la transformación del corazón para llegar a ser persona. Estas flores-corazón terminan en el manto; es decir, tienen su raíz en el cielo, lo que significa que la Señora trae la verdad, que el cielo es testigo de la verdad del mensaje. Para los aztecas apoyarse en el cielo significa decir la verdad, poner al cielo por testigo es el máximo punto de referencia. Estamos ante un criterio de verdad.
En el vestido son muchas las flores de 8 pétalos, que son las mismas que adornan la escultura del “árbol de la vida”; además, también representan al planeta Venus, llamado el lucero del alba, que anuncian la llegada inminente del dios solar.
F. La flor solar:
en el vestido de la Virgen sólo aparece una flor de cuatro pétalos, que se encuentra sobre el purísimo vientre de María, exactamente bajo los extremos del ceñidor de su cintura (prenda que empleaban las mujeres cuando estaban embarazadas). Para la cultura azteca representa muchas realidades: el universo, los cuatro rumbos del mundo, el sol, fuente de energía, el movimiento, la plenitud, la vida, el espíritu, dios. Este símbolo es tan importante que se encuentra en el centro de la Piedra del Sol, llamada también Calendario Azteca.
Para la mentalidad y los ojos indígenas esta imagen integro sus máximos valores: una mujer rodeada del Sol, parada sobre la Luna, adornada con los símbolos de la virginidad y la maternidad, llevando en su seno al Sol, a la vida, a Dios, asegurando decir la verdad y hablando en su propio idioma.
G. El prendedor:
En el cuello y sobre el vestido la Virgen lleva un prendedor, que llamó poderosamente la atención de la mirada indígena, pues es una especie de cruz que representa la flor solar estilizada. Además, casi era la misma imagen pintada en las velas de los barcos de los conquistadores, símbolo de la nueva religión.
H. El ángel:
El personaje de la parte inferior de la imagen, considerado con mirada occidental, es un ángel, un mensajero de María; con marido indígena, se trata de un hombre con alas de ave, es un “Caballero Águila”, miembro de una orden religiosa militar, cuyo cuartel general se encontraba al lado del Templo Mayor en la ciudad de México. Es una persona muy importante, pues sus alas están compuestas de plumas de aves preciosas: quetzal, garza, y guacamaya.
Con su mano derecha toca el manto, es decir el cielo, las estrellas, y con su mano izquierda toca la Tierra, las plantas y flores del vestido; es un intercesor que relaciona y acercar el cielo y la tierra. También puede considerarse un “Atlante” (en la cultura tolteca las columnas que sostienen el techo de los templos están adornadas con figuras humanas.)
Algunos autores aseveran que este personaje es el mismo Juan Diego, quien sigue desempeñando su muy noble misión de llevar el mensaje de aliento y esperanza a cada uno de los habitantes de estas tierras.
I. La fecha:
La ultima aparición de la Virgen María fue el día 12 de diciembre de 1531, que en realidad corresponde al día 22 de diciembre, puesto que en el año de 1582 se hizo la corrección del calendario Gregoriano, adelantando diez días el calendario para corregir el atraso que tenia.
En la piedra del Sol esta señalada la fecha de 1479, en que se terminó su construcción. Un siglo azteca después, es decir 52 años más tarde, sucede la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe, el año de 1531, en el solsticio de invierno, fecha en que iniciaba el nuevo año y el nuevo siglo.
Según la mitología azteca el fin del mundo coincidiría con el final de un siglo, de modo que iniciar ese nuevo solsticio de invierno, 22 de diciembre, significa que tenia asegurado un siglo más de vida. Desde el punto de vista religioso el pueblo entendió perfectamente el mensaje anunciado por María: Jesucristo es el Nuevo Sol, la Luz de este nuevo siglo, la Vida plena, la Esperanza.
J. Los ojos de la Virgen:
Desde el año 1950 se han hecho diversos estudios a los ojos de la Virgen, descubriendo diversas imágenes que se reflejan en el iris de sus ojos. Recientemente se tomaron fotografías directas de la imagen original, sin el vidrio protector, unas en blanco y negro, otras en color. Con las avanzadas técnicas actuales se consiguieron amplificaciones de cientos de veces el tamaño natural, encontrado la presencia de los siguientes personajes:
Un indígena sentado.
El rostro del obispo Fray Juan de Zumárraga.
El rostro del traductor Juan González.
Un español con barba.
Juan Diego.
Una mujer negra.
Un grupo de 6 o 7 personas, que parece ser una familia.
Las conclusiones del doctor José Aste, especialista en computación, autor de este estudio, son las siguientes:
Las imágenes existen verdaderamente en ambos ojos.
Las imágenes están en las posiciones, ángulos y tamaños semejantes a los que se presentarían en los ojos de una persona viva.
Las escenas y personajes que se ven concuerdan perfectamente con el relato histórico.
El tamaño de estas imágenes es tan pequeño, que sólo se puede comprobar con la ayuda de la tecnología actual.
Aun con los avances de la técnica, seria imposible tan precisos, sobre un material tan tosco como el de la tilma.